Maras, un encantador pueblo situado en las majestuosas laderas montañosas, se destaca por su rica herencia de salineras ancestrales, que remontan a la era incaica. Estas singulares salineras son pozos de aguas salinas poco profundos, cuya tradición de producción de sal se ha perpetuado a lo largo de los siglos.

A poca distancia de Maras se encuentra Moray, un asombroso conjunto de terrazas agrícolas dispuestas en círculos concéntricos. Se cree que estas terrazas sirvieron como laboratorios agrícolas experimentales, donde se cultivaban diferentes tipos de plantas para adaptarlas a variadas altitudes y climas.

Esta experiencia es verdaderamente imperdible para viajeros de todas las edades y modalidades: familias en busca de enriquecimiento cultural, parejas que desean escapar juntos y grupos de amigos en busca de aventuras auténticas. Incluso los viajeros solitarios encontrarán en Maras y Moray un destino lleno de descubrimientos emocionantes.